Su aspecto en general es fresco y luminoso, el color es uniforme, no se detectan imperfecciones a simple vista. El tamaño del poro es casi imperceptible.
Si examinamos notaremos al tacto una sensación seca o levemente grasa, por lo cual tendrá un aspecto mate, sin brillos.
Es una piel equilibrada, no detectaremos síntomas de alteraciones en la piel, pues no las tiene de manera habitual.
Tolera bien los jabones, no se ve alterada por los cambios de temperatura, se broncea moderadamente.
Su aspecto es el de una piel mate, sin brillos, pero un tanto apagada. El tamaño del poro es casi imperceptible.
Si la examinamos notaremos al tacto una sensación seca, no observaremos brillos. El pliegue cutáneo se muestra fino.
Algunos de los síntomas que se pueden notar en la piel son picores o rojeces.
Tolera mal los jabones, las inclemencias del tiempo, y broncea enrojeciendo.
Hay dos tipos de piel seca:
Piel seca deshidratada: las capas internas de la piel sufren una pérdida de agua importante. Tiene tendencia a formar arrugas. En su caso se recomienda ingerir grandes cantidades de agua y utilizar cremas adecuadas, que prevengan la pérdida de agua.
Piel seca alípica: Se produce por la pérdida de lípidos intercorneocitarios. Es una piel fina y frágil.
Este tipo de piel se caracteriza por tener la zona T (mediofacial) grasa y las partes laterales de la cara secas. Son una mezcla de piel grasa y piel seca.
La piel se ve alterada por las estaciones del año, normalmente en verano tiene tendencia a ser más grasa y en invierno más seca.
Son pieles finas, frágiles y más vulnerables a los factores externos. Su umbral de tolerancia es inferior al normal.
Su aspecto es brillante, pero a su vez un tanto marchito, y sus poros no se observan a simple vista.
Resulta seca al tacto, y con pocos brillos.
Suelen aparecer rojeces en las mejillas o capilares rotos (arañas), sensación de picor o escozor.
Sus problemas pueden deberse a que por sí misma su emulsión epicutánea sea inadecuada, y posee menos protección frente a factores externos, una hiperreactividad de tipo alérgica o problemas con la microcirculación cutánea.
La denominación «piel grasa» se refiere a un tipo de piel que muestra un aumento en la producción de sebo, una sustancia aceitosa secretada por las glándulas sebáceas de la piel. Eto puede atribuirse a diversas causas, incluyendo factores genéticos, desequilibrios hormonales, ciertos medicamentos, el estrés y el uso de cosméticos comedogénicos, productos para el maquillaje que pueden provocar irritación.
La piel grasa es propensa a desarrollar impurezas, lo que puede resultar en la obstrucción de los poros y la formación de imperfecciones cutáneas.
Su aspecto es graso, se observa la zona medio-facial más engrosada. Notaremos el tamaño del poro más perceptible y más visible en las zonas seborreicas (medio facial).
Si examinamos notaremos al tacto una sensación suave y oleosa, por lo cual tendrá un aspecto brillante.
No suele presentar rojeces ni descamaciones, pero sí, en ocasiones, comedones.
Es un tipo de piel con abundante aumento de la actividad secretora de las glándulas sebáceas. Pero a su vez es resistente, resiste bien el envejecimiento y posee una gran capacidad defensiva frente a factores externos.
Su aspecto es brillante pero marchito. Observaremos el tamaño de los poros más dilatados.
Si la examinamos notaremos al tacto una sensación suave y oleosa, y a su vez un brillo empalidecido.
Pueden presentar tendencia a tener comedones, descamación, enrojecimiento o irritación en las zonas seborreicas.
En esta ocasión la piel tiene baja capacidad protectora, ya que la calidad de la secreción de grasa se ve alterada, al no formarse correctamente. Eso produce que la piel se deshidrate rápidamente mediante la evaporación por sudor o por transpiración. Es por eso que este tipo de piel tiene baja capacidad de protección frente a factores externos.
Su aspecto es pálido y acartonado. En este caso los poros son perceptibles y la piel se suele enquistar.
Si la examinamos notaremos al tacto una sensación suave y oleosa. Detectaremos brillo graso en las zonas seborreicas, que contrastará con los laterales de tono mate más apagado.
Suele presentar comedones de grasa o quistes.
Al igual que la piel grasa deshidratada, su emulsión percutánea no está bien formada. Hay exceso de secreción seborreica y por eso se forman los comedones de grasa, en las zonas laterales del rostro. Es una piel sensible, muchas veces tolera mal los productos cosméticos y se irrita fácilmente.
Con el paso de los años muchas de las funciones de las células que forman la piel se ralentiza y/o disminuyen, eso hace que la piel se muestre más sensible y fina, empezando a repercutir en el estado de las fibras de colágeno y disminuyendo la microcirculación. Lo observamos al notar la piel más áspera, más fina, menos elástica.
La piel se vuelve más sensible a los rayos UV, y como consecuencia puede presentar irregularidades en la distribución de la pigmentación.
Por ello, te recomiendo utilizar cremas faciales nutritivas, con principios activos que regulen la pigmentación, estimulen el colágeno y combatan los signos del envejecimiento.
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